El conjunto merengue se medía al Deportivo con el típico miedo de un equipo segundón. Esa sensación que, históricamente, nunca se le había visto al club blanco. Pero el fútbol es tan grande que las cosas pueden ir de un extremo al otro en menos de dos horas.
Así ocurrió en Coruña. Exhibición de Guti, partido más que notable de Benzema y gran juego de los hombres de Pellegrini para firmar una victoria necesaria y balsámica a partes iguales.
Ahora reciben al Espanyol con la moral por las nubes, situación desaconsejable. No puedes ir a Riazor con miedo, pero tampoco recibir a tu próximo rival pensando que te vas a llevar el partido de calle. Hay que encontrar un término medio. Eso es lo que ha intentado inculcar el entrenador del Real Madrid a lo largo de la semana. Los tres puntos ante el Deportivo quedarían en nada si se pincha en casa, aunque parece complicado que eso suceda. Y es que, el equipo blanco es, junto al Mallorca, el único que lo ha ganado todo como local. Nueve partidos, nueve victorias.
En el aspecto meramente futbolístico nos encontramos con un Pellegrini lleno de dudas. Es por eso que el técnico chileno ha decidido posponer la convocatoria al mismo día de partido. Hay muchos tocados y deben esperar para ver si llegan a tiempo al encuentro. Arbeloa, Guti, Garay, Lass y Van der Vaart arrastran molestias y estarán entre algodones hasta última hora, momento en el que el cuerpo técnico decidirá si entran o no en la lista de convocados.
El que sí estará es Higuaín, completamente recuperado de su lesión y con ganas de volver al once inicial para volver a ver puerte con la misma facilidad que lo hacía antes de caer en el dique seco. Su presencia podría suponer el regreso de Raúl al banquillo. El capitán no aprovechó su oportunidad en Riazor, por lo que no sería extraño verle fuera de la titularidad.
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